Estoy contenta porque desde hace unos días estamos super bien con W.
Tuvimos
una racha de dos semanas discutiendo y peleando casi todos los días. A
veces empezaba él, a veces yo. Nuestras peleas son desgastantes porque
siempre hay gritos y portazos. No tendría que ser así, pero cuando la
furia sale sale. Es díficil identificar razones o motivos. Tal vez que
empezó el invierno y la oscuridad, la excusa número uno, aunque tengo en
claro que si viviéramos en un clima tropical nuestras disputas no
disminuirían. Lo peor es cuando entramos en esos circulos infernales
donde empieza uno y el otro sigue y luego el otro y la ola de mufa y
mala onda y agresividad nos devora.
No se cómo hicimos, pero pudimos
evadirnos de ese loop. O por lo menos me pude identificar con su
situación y darme cuenta que está bastante pasado de laburo y
responsabilidades y evito romperle las pelotas. Él por su parte está
menos suceptible.
Y ahora caminamos entre las nubes. Estamos todo el
tiempo disfrutando el uno de/con el otro. No nos molesta absolutamente
nada del otro y todo sucede placidamente.
Pero lo otro es también
parte del amor, al menos parte del nuestro. Somos dos sujetos con
personalidades, idiomas y culturas diferentes, que desde hace poco más
de un año conviven. Es obvio que a veces vamos a querer matarnos o nos vamos a odiar.
Lo
importante es que nos bancamos, que lo hablamos mucho y que podemos
superar las malas rachas, la mufa y todo lo demás. Y que queremos y nos
gusta estar juntos.
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